Capítulo 1: Volviendo a la normalidad
Habían pasado tres meses desde la batalla contra Jay en Londres. El mundo comenzaba a estabilizarse, aunque le estaba costando mucho. Araceli se despertó una mañana más para ir a trabajar a su peluquería. Su marido, su hijo y su madre estaban con ella. Araceli se vistió y se dirigió a la peluquería.
-¡Hola Araceli!-dijo Fabio-, buenos días.
-Buenos días Fabio-dijo Araceli-, ¿ha venido hoy alguien?
-Sí-dijo Fabio.
-Digo que no sean periodistas-dijo Araceli.
-Entonces, nadie-dijo Fabio.
-¡Joder!-dijo Araceli-, estoy harta de la prensa, ¿por qué me persiguen?
-¿Por qué igual has salvado el mundo?-dijo Fabio.
-Lo hicimos entre todos-dijo Araceli-, además ya han pasado tres meses.
-Sí, tres meses-dijo Fabio-, las echo de menos.
-Yo también hecho de menos a Lola y Sandra-dijo Araceli-, pero tenemos que seguir adelante.
En ese momento entraron, Izaskun y Mari Tere en la peluquería.
-Buenos días compañeros-dijo Izaskun-, ¿qué os pasa?
-Nada-dijo Araceli-, son tonterías.
-¿Y Cris?-dijo Fabio.
-Ni idea-dijo Mari Tere-, nosotras no la hemos visto.
En ese momento entró Cris en la peluquería.
-Cris-dijo Fabio-, ¿dónde estabas?
-A fuera con unos periodistas-dijo Cris-, Araceli deberías salir.
-¿Cómo?-dijo Araceli-, Cris no pienso salir a darles vida a esos carroñeros.
-Es importante-dijo Cris.
-¿Ha pasado algo?-dijo Araceli.
-Lo mejor será que salgas y lo descubras tú misma-dijo Cris.
Araceli salió de la peluquería y cientos de periodistas se acercaron a ella con cámaras, micrófonos, etc… Uno de ellos se atrevió a preguntar.
-Araceli Madariaga-dijo el periodista-, ¿cómo se siente con el honor que va a recibir?
-¿Qué honor?-dijo Araceli.
-El premio honorífico que le van a entregar-dijo el periodista.
Araceli se quedó algo parada al descubrir que le iban a dar un premio honorífico.
Capítulo 2: El premio
Por la tarde, Araceli estaba en la peluquería comentándolo con sus amigos.
-¿Un premio honorífico?-dijo Fabio-, ¿qué premio?
-Un premio que nunca se ha entregado antes-dijo Araceli-. Todas las fuerzas presidenciales del mundo se van a reunir por primera vez en la historia para entregármelo.
-¡Qué fuerte!-dijo Izaskun.
-¿Y cuándo te lo dan?-dijo Mari Tere.
-Mañana-dijo Araceli-, en Washington.
-¿En Washington?-dijo Cris-, entonces vamos contigo.
-¿En serio?-dijo Araceli-, ¿me acompañaríais?
-Pues claro-dijo Fabio.
Por la noche, Araceli se lo contó a su familia. Enrique y Fran se apuntaron al viaje pero Doña Charo no, ya que estaba mal de la espalda y no podía hacer un viaje tan largo.
Al día siguiente, todos fueron al aeropuerto. Horas después, todos llegaron a Washington. Fueron al hotel en el que iban a estar, ya que faltaban unas horas para la entrega.
-¡Menudo hotel!-dijo Izaskun-, a mí esto de ser famosa me mola.
-No toques nada a ver si lo vas a romper-dijo Mari Tere.
Araceli estaba en su habitación mirando las vistas. Fabio se acercó a ella, ya que la veía triste.
-¿Qué te pasa?-dijo Fabio.
-Que echo mucho de menos a Lola y a Sandra-dijo Araceli-, pero sobre todo a Sandra.
-Yo también-dijo Fabio.
-Ella es la verdadera heroína-dijo Araceli-, ella fue la que pulsó el botón, la que salvó el mundo. Yo no.
-Claro que sí-dijo Fabio-, tú eres Araceli Madariaga, la persona que ha salvado a la humanidad, y mereces ese honor.
Los dos se abrazaron hasta que apareció Enrique. Todos fueron a prepararse para la entrega del premio.
Capítulo 3: La entrega
Cuando quedaba poco para la entrega del premio, una limusina apareció en la puerta para recoger a Araceli. Los demás se fueron en taxi a la entrega de premios. Araceli pudo ver algo de la ciudad estadounidense cuando iba en la limusina.
Cuando llegó y salió del coche no la vio nadie. Subió al escenario y se preparó para salir, aunque en el fondo no estaba preparada.
-Y ahora-dijo el presidente de los Estados Unidos-, es un placer para mí dar la bienvenida a Araceli Madariaga.
Araceli comenzó a aparecer en el escenario y pudo ver a miles de personas de pie aplaudiéndola. Araceli no pudo evitar que unas lágrimas cayesen por su rostro. El presidente de los EEUU le entregó el premio.
-Este premio es algo que no es mío-dijo Araceli-, es de todas las personas que lucharon por la salvación de la humanidad, por esa libertad que ahora tenemos. Pero sobre todo es para alguien muy especial, la verdadera heroína, una joven llamada Sandra. Va por tí.
Araceli besó el premio y lo levantó al cielo. Fabio no pudo evitar llorar. Todo el mundo la aplaudía.
-Qué bien sabe hablar-dijo Izaskun-, parece mentira que sea peluquera.
-Oye, ¿qué es eso?-dijo Cris señalando hacia la izquierda y en el cielo.
Una especie de llamarada de humo se acercaba a toda velocidad. Todos comenzaron a verla cada vez más y mejor. La bola de humo se transformó en una persona subida a una tabla voladora.
La persona pasó por encima de Araceli y le arrancó unos pelos de la cabeza y se fue por el lado contrario. Nadie daba crédito a lo que había visto. Araceli pudo ver que se le había caído algo a la tabla: era una chapa con un símbolo.
Horas más tarde, en el hotel, Araceli hablaba con sus amigos sobre el incidente ocurrido durante la entrega del premio.
-¿Qué era eso?-dijo Araceli.
-Una persona-dijo Cris-, pero no sé quién era.
-Fuese quien fuese-dijo Fabio-, lo importante es que te atacó.
-No-dijo Fabio-, si hubiese querido atacarme no me hubiese arrancado unos pelos de la cabeza.
-¿Para qué iba a querer unos pelos?-dijo Mari Tere.
En ese momento entró Enrique corriendo en la habitación.
-Araceli-dijo Enrique.
-¿Qué pasa?-dijo Araceli.
-Tu madre-dijo Enrique.
Capítulo 4: El ataque
-¿Qué le pasa?-dijo Araceli.
-Alguien la ha atacado-dijo Enrique.
-¡¿Atacado?!-dijo Araceli-, ¿quién?
-No lo sé-dijo Enrique.
-¿Pero está bien?-dijo Araceli.
-Asustada-dijo Enrique.
-Vamos al aeropuerto-dijo Araceli-, tenemos que volver a España.
Todos fueron al aeropuerto y cogieron el primer avión que salía hacia España. Cuando llegaron a Mirador de Montepinar, todos fueron directos a casa de Araceli a ver a Doña Charo.
Cuando entraron la vieron tumbada en el sofá con una extraña cara de susto que no se le iba.
-¡Mamá!-dijo Araceli-, ¿qué ha pasado?
-Hija-dijo Araceli-, ha venido, ha venido.
-¿Quién?-dijo Araceli.
-Un hombre-dijo Doña Charo.
-¿Qué hombre?-dijo Araceli.
-Lo siento mucho hija-dijo Doña Charo.
-¿Por qué?-dijo Araceli-, ¿qué ha pasado?
-Me ha interrogado-dijo Doña Charo-, se lo he tenido que decir o me mataba.
-¿El qué le has dicho?-dijo Araceli.
-El lugar donde se encuentra “la sed”-dijo Doña Charo.
-¿Qué es “la sed”?-dijo Araceli.
-Nunca te lo he contado-dijo Doña Charo-, y esperaba nunca tener que hacerlo. Es un secreto de la familia.
-Cuéntame-dijo Araceli.
-Nuestra familia ha heredado un secreto durante todas las generaciones-dijo Doña Charo-, somos poseedores de “la sed”, un antibiótico creado en el Siglo XV.
-¿Qué hace ese antibiótico?-dijo Araceli.
-Resucita casi a un muerto-dijo Doña Charo.
-¿Casi?-dijo Araceli.
-No puede resucitar a un muerto-dijo Doña Charo-, pero si puede resucitar a un muerto que aún hay algo que le mantiene con vida en su interior.
-Ese hombre-dijo Araceli-, ¿llevaba este símbolo?
Araceli le mostró lo que se la cayó a la tabla. Doña Charo le asintió con la cabeza.
-¿Dónde está el antibiótico?-dijo Araceli.
-Está debajo del mar-dijo Doña Charo-, en el estrecho de Gibraltar.
-¿Y cómo se entra?-dijo Araceli.
-Sólo alguien con el ADN de los Madariaga puede entrar-dijo Doña Charo.
Capítulo 5: La señal
Más tarde, en la peluquería, Araceli y los demás hablaban de lo sucedido.
-¿Creéis que el hombre de Washington es el que atacó a Doña Charo?-dijo Cris.
-Está claro que sí-dijo Araceli-, necesitaba mis pelos para entrar en la cueva.
-Pero si se supone que es de los U.M.I-dijo Izaskun-, ¿por qué lleva este símbolo?
-Debe ser su nuevo símbolo-dijo Araceli-, ¿no os dais cuenta? Quieren resucitar a Jay.
-Tenemos que impedirlo-dijo Cris.
-¿Cómo?-dijo Mari Tere.
-Yendo a la cueva-dijo Araceli-, y consiguiendo el antibiótico antes que él. ¿Estáis conmigo?
Todos asintieron con la cabeza. Al atardecer, Araceli y los demás cogieron algunas cosas suyas, incluidas armas, y fueron en avión privado hacia la cueva. Llegaron por la noche a la costa.
Allí alquilaron una especie de barco y fueron rumbo a la zona donde supuestamente estaría la cueva. Horas más tarde, se encontraban en el mar sin ninguna pista.
-Genial-dijo Izaskun-, nos hemos perdido.
-No nos hemos perdido-dijo Fabio-, Araceli, ¿qué señal haría el agua?
-Supuestamente una luz verde cuando tirásemos algo de azúcar-dijo Araceli.
-Pues llevamos tiradas cuatro bolsas y aquí no ha aparecido nada-dijo Cris.
-Tened paciencia-dijo Araceli-, la señal aparecerá.
-Si nosotros paciencia tenemos Araceli-dijo Fabio-, pero si no conseguimos encontrar esa señal pronto, ese hombre se hará con el antibiótico.
-Vaya mierda-dijo Mari Tere-, menudo frío hac… ¿qué es eso?
De repente una luz verde salió del fondo del mar y les tragó a ellos junto con el barco. Los cinco se encontraban dentro del mar.
Capítulo 6: La cueva
Lentamente Araceli fue abriendo los ojos. Estaba tirada en el suelo de la cueva. A su lado estaba Fabio.
-¡Fabio!-dijo Araceli-, ¿estás bien?
-Sí-dijo Fabio-, ¿y los demás?
-No lo sé-dijo Araceli-, ya les encontraremos, tenemos que buscar “la sed”.
Los dos se levantaron y se pusieron a buscar el antibiótico. En otra zona de la cueva, Izaskun y Cris también se despertaban.
-¿Dónde estamos?-dijo Cris.
-No lo sé-dijo Mari Tere-, ¿dónde están los demás?
En ese momento las dos oyeron el grito de Izaskun.
-¡Izaskun!-dijo Mari Tere.
-¡Corre!-dijo Cris.
Las dos sacaron armas y se pusieron a correr hacia el grito. Allí encontraron a dos miembros de los U.M.I con Izaskun capturada. Los dos miembros las dispararon, pero Cris y Mari Tere se ocultaron a tiempo.
-Tenemos que salvarla-dijo Mari Tere.
-De acuerdo-dijo Cris-, a la de tres disparamos… una, dos… ¡y tres!
Las dos salieron y dispararon a los dos hombres. En otra parte de la cueva, Araceli y Fabio escucharon los disparos.
-¿Eso no han sido disparos?-dijo Araceli.
-Me temo que sí-dijo Fabio-, tenemos que darnos prisa.
Los dos continuaron andando y encontraron unas líneas en el suelo.
-¿Qué son estas líneas?-dijo Fabio.
-Igual llevan a “la sed”-dijo Araceli-, vamos a seguirlas.
En la otra parte de la cueva, Cris y Mari Tere acababan de acabar con los dos miembros de los U.M.I y estaban desatando a Izaskun.
-Muchas gracias-dijo Izaskun-, ¿tenéis un cigarro?
-¿Qué son estas líneas del suelo?-dijo Mari Tere.
-No lo sé-dijo Cris-, igual deberíamos seguirlas.
Cris, Mari Tere comenzaron a seguir las mismas líneas que también seguían desde otra parte Araceli y Fabio.
Capítulo 7: La puerta
Cris, Izaskun y Mari Tere llegaron a una especie de puerta.
-¿Qué es esto?-dijo Izaskun.
-Debe ser la puerta-dijo Cris-, el antibiótico debe estar detrás.
En ese momento alguien las golpeó a las tres dejándolas inconscientes. Araceli y Fabio continuaban avanzando hasta que llegaron a la misma puerta.
-¿Será esta la puerta?-dijo Fabio.
-Sólo hay una manera de averiguarlo-dijo Araceli-, abriéndola.
-Me has solucionado el trabajo-dijo un hombre detrás de ellos.
Araceli y Fabio se dieron la vuelta. Era el miembro de los U.M.I que había sobrevolado Washington y había atacado a Doña Charo. Le estaba apuntando con un arma y con otra a Cris, Izaskun y Mari Tere, que estaban atadas.
-¿Quién eres?-dijo Araceli.
-Es verdad, no me he presentado-dijo el hombre-, me llamo Rafael Pérez, y soy un miembro jefe de los U.M.I
-¡Suéltalas!-dijo Araceli.
-¿De verdad crees que las he atado para soltarlas porque tú me lo digas?-dijo Rafael-, lo haré cuando tenga el medicamento.
-¡Te vas a enterar!-dijo Fabio sacando su arma.
En ese momento Rafael le disparó un dardo en el cuello que le dejó dormido.
-El cubano no aprende-dijo Rafael-, ahora tú toca esa piedra.
Araceli se giró y tocó una gran piedra que había. Al instante la puerta se abrió.
-Entra-dijo Rafael.
Araceli y Rafael entraron. Era una gran sala donde al fondo se encontraba el medicamento.
-Ya está-dijo Rafael-, ahora toca borrarte del mapa.
-Ni lo sueñes-dijo Araceli.
Capítulo 8: El entierro
Araceli le golpeo y consiguió tirarle el arma pero Rafael le pegó un puñetazo que la tiró al suelo. Rafael fue corriendo y cogió el medicamento. Fabio se despertó y pudo ver como Rafael huía por la parte de arriba.
-¡Ha huido!-dijo Araceli.
En ese momento la cueva comenzó a venirse abajo.
-¡Tenemos que salir de aquí!-dijo Fabio.
Los cinco salieron de la cueva por el mismo sitio que había huido Rafael. Cuando salieron, Araceli recibió una llamada de Enrique: era sobre Doña Charo.
Dos días después, todos se encontraban en el cementerio en el entierro de Doña Charo, que no había podido soportar el ataque de Rafael.
Todos estaban mal, pero Araceli estaba destrozada. Giró la cabeza y pudo ver al fondo un coche con alguien que observaba el entierro, pero que se fue.
-Araceli-dijo Fabio-, ¿qué vamos a hacer?
-La muerte de mi madre no quedará en vano-dijo Araceli-, igual que la de Sandra y Lola. No permitiré que Rafael resucite a Jay.
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